– Desde que mi marido se fue con su secretaria cogí una depresión muy grande que me hizo engordar más de veinte kilos, desde entonces encontrar pareja ha sido muy difícil por no decir imposible. Menos mal que tengo un sobrino con unos gustos un tanto distintos a los chicos de su edad… a él le encanta follar y tener relaciones con mujeres muy gordas, así que semanalmente lo invito a comer a casa sólo para desahogarme con él follando como conejos.

– Tengo un pequeño gimnasio en casa que hemos ido haciendo mi marido y yo con el paso de los años, mi sobrino que vive cerca de aquí viene todos los días a usarlo, ya que de esta manera se ahorra un dinero. Como es lógico, yo se lo dejo utilizar completamente gratis, lo único que le pido es que me folle como sólo el sabe hacerlo cuando termina sus ejercicios. Mi marido no sabe nada, y espero que sea así porque la verdad es que el pobre hombre no es capaz de follarme como lo hace mi joven sobrino.

– A pesar de que soy una mujer jubilada y con años de experiencia en todo, aún me sigue gustando el sexo como cuando era una adolescente, pero claro, mi marido ya no es el de antes y no es capaz de cumplir conmigo en la cama como cuando empezamos a salir… Por suerte, tengo a mi sobrino de vecino y desde que una tarde sin saber como ni porque acabó en mi cama donde follamos como auténtico animales, lo hemos cogido como costumbre y ahora todas las tardes se viene a merendar y a recibir su ración diaria de sexo.

– Soy una mujer muy fogosa y estoy todo el día pensando en sexo, de hecho, ahora tengo una medio relación con mi propio sobrino, y aunque los dos sabemos que lo nuestro nunca será serio, al menos nos lo pasamos en grande follando varias veces al día. Tengo a mi sobrino todo el día en casa, me ayuda con todo y encima me hace de lo más feliz follándome a diario en la cocina, en el salón, en el ascensor… no paramos!.

– Mi joven sobrino es un chico soltero con la testosterona disparada, no piensa en otra cosa todo el día que no sea sexo y yo que llevo un tiempo divorciada, tengo que aprovechar esa situación antes de que se busque una novia. Varias veces a la semana le mando un whatsapp a mi sobrino para que venga a casa a follarme, en menos de media hora el chico llega desesperado por metérmela, y lo mejor de todo, es que no es como mi exmarido y cuando follamos no me deja a medias, siempre termino extasiada y con ganas de fumarme un cigarro.

– Llevo algunos meses dando clases particulares a mi sobrino, me encanta enseñar y más si es a gente de mi familia. Un día, mientras estaba dándole clases, me entró un calentón repentino que me bloqueó por completo, le cogí las manos a mi sobrino y se las puse en mis pechos, después de eso, follamos como auténticos animales en lo que fue el mejor polvo de mi vida. Y es que mi marido, ya hace mucho tiempo que no cumple como antes y ya no me queda otra que recurrir a jóvenes como mi sobrino para seguir teniendo intensos orgasmos.

– Había oído siempre que mi sobrino es un adicto al sexo, que no hace otra cosa que estar metido en paginas porno haciéndose pajas todo el día, y como yo llevo mucho tiempo deseando tener un buen polvo, lo llamé para que viniera a casa con la excusa de que me ayudara con una lámpara que me acabó de comprar. Sólo tuve que insinuarme un poco y el muy vicioso no tardó ni un sólo minuto en agarrarme mis tetas y en regalarme una follada como las que hacía tiempo no tenía. Le dio exactamente igual que yo fuera su tía, su mente y sus manos sólo querían sexo y por supuesto yo lo aproveche de principio a fin.

– Me resultó mi extraña la llamada de mi tía, quería que fuera a su casa y yo supuse que era para ayudarle con algún tema del ordenador, pero estaba completamente equivocado, lo que quería era disfrutar de una buena follada con un joven. Y la verdad, es que no me importó para nada, ya que mi tía es una cuarentona muy viciosa y que se conserva muy bien.